jueves, 26 de marzo de 2015

AMOR EN LA ISLA

Hola a todos.
A partir de este fragmento, empieza la cuenta atrás para el final de Amor en la isla. 
Quedan muy pocos fragmentos para que conozcamos lo que ocurrirá entre Marcos y Diana.
¡Veamos qué ocurre hoy!

-¿Y dices que don Marcos te ha enviado para que me entregues esta carta?-se sorprendió Diana.
-Así es, señorita-contestó la criada de mediana edad-Tenga.
                           Le tendió una hoja de papel.
                           El mayordomo había avisado a Diana de que una mujer quería verla. La hizo pasar al salón donde se encontraba la joven.
                          Diana creyó que iba a desmayarse cuando leyó el contenido de aquella nota. Marcos desnudaba ante ella su corazón. Afirmaba que la amaba por encima de todas las cosas.
                          Y que quería encontrarse con ella a solas por la noche.
-El señorito Marcos quiere una contestación de usté-añadió la criada-O me dice lo que le contesta. O lo escribe en un papel.
                           Diana estaba temblando. Era la clase de situación sobre la cual la señorita Palomares la había estado previniendo una y otra vez.
                           Sin embargo, estaba ocurriendo. La cita sería a la noche siguiente.
                           Diana decidió que, a lo mejor, no pasaba nada por encontrarse con Marcos a solas por la noche.
-Dile que iré-le pidió a la criada.
                           A lo mejor, tan sólo quería hablar con ella. El lugar lo escogió Diana. Se verían en la vieja Necrópolis de la isla.
                          ¿A quién pretendía engañar?, pensó Diana mientras se paseaba de un lado a otro de la mansión con nerviosismo. Marcos quería una cosa de ella. ¿O no? ¿Y si estaba realmente enamorado de ella?
                            Lorena entró en el salón avanzando a tientas con su bastón. Se lo había regalado don Enrique por su cumpleaños. Honestamente, Lorena habría preferido otro tipo de regalo. Pero se manejaba bien con él.
-Estás ahí, Diana-dijo Lorena-Huelo tu perfume. Esencia de violetas...¿No?
-Es imposible engañarte, Lore-contestó Diana sonriendo-Estoy metida en un buen lío. No creo que lo puedas entender.
-Lo sí que entiendo es que te has enamorado, hermana. ¡Y me alegro muchísimo por ti!
-El amor sólo trae dolores de cabeza, Lore.

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