Hola a todos.
Y aquí os traigo un nuevo fragmento del diario de Beatriz Colina y Yáñez.
Espero que os esté gustando.
Damos cuenta cada uno de una taza de café en el salón de mi casa.
-Me gustaría hablar con usted-empieza a hablar-Espero que no se lo tome a mal. Usted me gusta, señorita Colina y Yáñez. Me gusta como mujer.
-¿Ha venido a mi casa para declararse?-le pregunto con curiosidad y con nerviosismo a la vez.
-He venido a su casa sólo para estar con usted.
-Ya lo ha conseguido.
-Pero siento que no es suficiente.
Yo también siento que el tiempo que pasamos juntos no es suficiente.
Yo también siento que necesito más de él. Pero no me atrevo a expresar mis deseos en voz alta por miedo a que piense lo peor de mí.
-Desde que la conozco, muchos pensamientos pasan por mi cabeza-prosigue-Pensamientos que son indecorosos, pero he de contenerme porque yo la respeto.
Me quedo sin habla.
-Los pensamientos indecorosos...-balbuceo-Los pensamientos indecorosos no son tan malos.
Mi taza de porcelana de café tiembla en mi mano.
Logro llevarme mi taza de café a los labios para beber un sorbo. Trato de contenerme. De estar tranquila.
-Deseo hacer cosas con usted-se sincera-No se lo tome a mal.
Entonces, posa sus labios sobre mis labios. Y me da un beso largo y profundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario